La letra en las manifestaciones de protesta
Los soportes de la gráfica reivindicativa condicionan las caracterÃsticas de los textos.
Nacho Clemente | Junio de 2012 |
En las manifestaciones de protesta cualquier objeto o lugar es susceptible de convertirse en soporte de escritura. El cartel que anuncia la convocatoria, las octavillas, las paredes o el asfalto por donde discurre la marcha, las camisetas y gorras que visten los manifestantes, las pancartas colectivas o individuales, las insignias, los adhesivos que aparecen por todas partes o el propio cuerpo de los participantes son empleados como soporte gráfico del mensaje reivindicativo.
Dichos soportes, asà como las herramientas de escritura y los sistemas de reproducción utilizados condicionan en gran medida las caracterÃsticas de los textos. El trazo de un pincel sobre un fragmento de cartón, la textura de la tiza sobre el asfalto, el rastro del rotulador sobre la piel de un manifestante, la mancha del spray que atraviesa una plantilla, las cartulinas recortadas o la impoluta impresión digital propician un amplio espectro de formas en las letras.
CaracterÃsticas de los textos de protesta
Los textos suelen ser extremadamente breves y de una gran economÃa sintáctica. Se eliminan artÃculos, conjunciones y preposiciones. Aparecen también frases nominales con elipsis verbal, lo que les confiere una gran contundencia. El uso de la rima otorga ritmo, invita a la lectura y actúa como técnica mnemotécnica. La voluntad de repercusión en los medios de comunicación internacional hace que se renuncie al idioma local y se escriban textos parcial o Ãntegramente en idiomas como el inglés con el fin de superar las barreras idiomáticas. Palabras muy fáciles de interpretar como «NO» o «STOP» son frecuentes en los eslóganes usados, en esos ecos de la protesta que a veces se convierten en cánticos atemporales.
Nueva York, 2004. Foto de Nacho Clemente. |
Los textos se plasman básicamente con tipografÃa o mediante escritura manual. En los tratamientos tipográficos, la limitación del espacio y la voluntad de una óptima legibilidad a gran distancia propician el uso de la caja alta por encima de la minúscula. El mensaje de protesta corresponde más a una locución gritada que a una locución hablada y ésta se expresada mejor con la mayúscula, tal como vemos en el cómic.
Castelldefels, 2006. Cartel de Nacho Clemente. |
Las letras de palo seco, con sus formas sobrias y su aparente neutralidad dejan el protagonismo al mensaje verbal. Las letras egipcias, con sus rotundos remates son utilizadas también para otorgar mayor contundencia al mensaje. En otras ocasiones, se recurre a tipografÃas de forma caligráfica que remiten a la escritura manual. Cuando éstas pretenden imitar la espontaneidad del gesto se echa realmente de menos la singularidad expresiva de la auténtica escritura manual. Las letras de fantasÃa, con su alto carácter connotativo, ayudan por su parte a potenciar el tono satÃrico de algunos mensajes. Estas letras, aunque no gocen siempre de gran legibilidad pueden presentar un alto grado de lecturabilidad que potencie la eficiencia comunicativa. Una muestra de ello son los divertidos mensajes que se basan en la manipulación de logotipos de determinadas marcas comerciales o de famosas pelÃculas. De especial relevancia es el uso de letras de plantilla, con sus trazos fragmentados por las propias limitaciones de la técnica original que son aplicadas también en la gráfica impresa a pesar de haber desaparecido dicha limitación fÃsica pero donde no se quiere renunciar a lo que podemos considerar si ninguna duda uno de los códigos tipográficos del mensaje reivindicativo.
Por otro lado las series utilizadas, especialmente cuando se usan palos secos,  suelen tener un peso elevado. Negras o extra-negras son habituales. En cuanto a la estructura y proporción de las letras, se utilizan frecuentemente versiones estrechas que permiten un mayor número de caracteres por lÃnea y un mayor aprovechamiento del espacio gráfico. A veces la falta de espacio y el desconocimiento de los más elementales principios tipográficos hacen que se deformen el texto. Se reduce entonces su anchura y se altera totalmente la proporción original. Los trazos verticales se estrechan, mientras que los horizontales mantienen su grosor rompiéndose la armonÃa de la letra. En estos casos, las posibilidades que otorgan las herramientas digitales han propiciado la obtención de lamentables resultados tipográficos.
Londres, 2005. Foto de Manel Clemente. |
La utilización de la escritura manual ya fue una constante en la producción gráfica de las protestas del Mayo del 68. La ausencia de la letra tipografiada y el uso de la letra manuscrita se han interpretado como una manera de expresar gráfica el rechazo hacia el sistema establecido. El hecho de que la manifestación sea un acto popular y a su vez de reafirmación individual, invita a la proliferación de textos por parte de grafista no profesionales que encuentran en la escritura manual su mejor arma. Detrás de estas formas hay una constancia directa de que se trata de una acción tras la que hay una persona. Ese rastro gráfico, fruto de la acción del individuo le da un valor expresivo difÃcilmente superable. Más que el virtuosismo lo importante es que se destaca la impronta humana y se refuerza la vinculación emocional con el mensaje de protesta.Â
Otras formas de escritura: el manifestante como componente del texto
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Barcelona, 2007. Foto de Nacho Clemente. |
Cuando el manifestante porta un cartel o texto sobre su cuerpo hace las funciones de hombre anuncio. Ese texto puede estar fragmentado en palabras, sÃlabas o letras que son portadas por los individuos que se convierten en una especie de tipos móviles. La imprescindible sincronización de sus movimientos para permitir una adecuada lectura constituye una evidente prueba de que se trata de un mensaje colectivo. La imagen resultante en ocasiones sólo puede ser percibida desde el aire, con lo que sólo toma sentido si va a ser registrada fotográficamente y difundida en los medios de comunicación.
Como hemos dicho la manifestación de protesta es un acto de comunicación popular y colectivo en el que el espacio se democratiza para que se lleve a cabo una acción que debe captar la atención de los medios de comunicación y la letra sea impresa, dibujada o  construida a base de la acumulación de objetos o de individuos, utilizando soportes convencionales o no, tiene un papel primordial en la transmisión del mensaje reivindicativo.
Para saber más:
Nacho Clemente (Barcelona, 1972) vive entre Barcelona y Madrid. Licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Diseño en la Universidad de Barcelona, donde ha sido profesor durante más de una década en el Departamento de Diseño e Imagen, ha trabajado como diseñador e ilustrador en proyectos principalmente de difusión cultural y comunicación social. En los últimos años compagina esta actividad con la docencia en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Serra i Abella de L’Hospitalet de LLobregat (Barcelona) en la que es actualmente jefe de estudios. Su labor de investigación gira en torno al estudio de la gráfica reivindicativa, eje central de sus artÃculos, asà como de su tesis doctoral. Ha colaborado en diversas escuelas y ha sido conferenciante en entidades dedicadas a la difusión de la cultura y el diseño dentro y fuera de Cataluña.
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