Ricard Girald Miracle: sembrador de letras, jardinero de alfabetos
Diseñador riguroso pero ecléctico, supo emplear la tipografÃa como vehÃculo del lenguaje pero también exploró sus cualidades expresivas.
Raquel Pelta | Junio de 2012 |
A lo largo de su trayectoria como diseñador, Ricard Giralt Miracle destacó, especialmente, por su exquisito uso de la tipografÃa. En ese sentido, fue verdaderamente un sembrador de letras y un jardinero de alfabetos, como en una ocasión dijo de él Joan Brossa.
Su acercamiento a la tipografÃa empieza en el pequeño taller de su padre -Francesc Giralt Ill- cuyas enseñanzas fueron determinantes en su trayectoria posterior. Fue entonces cuando apareció lo que el mismo calificó de una “obsesión-pasión†por lo tipográfico que impregnó toda su vida.
Tuvo una sólida cultura tipográfica y unos intereses muy amplios que comprendieron tanto a clásicos como a modernos. Entre sus referencias se encontraron figuras tan dispares como Eric Gill, Stanley Morison, Maximilien Vox, Jan Tschichold, Paul Renner, Herbert Bayer y Herbert Lubalin, asà como Moholy-Nagy, Apollinaire, Tzara, Salvat-Papasseit, Marinetti y Massin, a quienes admiraba por la libertad a la hora de tratar el tipo.
Riguroso pero ecléctico, usó la tipografÃa como vehÃculo invisible para transmitir mensajes pero, también, exploró sus cualidades expresivas. Dibujaba con letras y ese fue, quizá, uno de los motivos de su singularidad en el panorama del diseño español de su época.
Ricard Giralt Miracle, letras dibujadas por Giralt Miracle para sus plaquettes. |
Algunas de las que creó surgieron como imágenes o motivos decorativos para sus plaquettes y otros trabajos personales o artÃsticos. Otras, nacieron de una necesidad práctica, como el alfabeto Gaudà (1962), para paliar la escasez de alfabetos transferibles que habÃa en España; algunas vieron la luz porque echaba de menos una mayor variedad, ya que los catálogos de las fundiciones españolas eran bastante limitados.
Por unas razones u otras, de las manos de Giralt Miracle salieron no sólo la Gaudà sino también los tipos Maryland (1960), Helios (1961), Biblos (1963), Pompeia (1963), Xènius (1964) y la Gaia Ciencia (1973) que no llegaron a fundirse más por motivos comerciales que por cuestión de su validez funcional.
Con ellos exploró cuestiones formales varias: el trazo caligráfico (Maryland), la geometrÃa modular (Helios y Xènius), la hibridación palo seco-romano clásico (GaudÃ), la claridad de en cuerpos pequeños (Biblos), la regularidad en la inclinación (Pompeya) y la sensación de desgaste por la impresión manual y el paso del tiempo (Gaia Ciencia).
Sin embargo, siempre estuvo convencido de que lo fundamental era el espÃritu de la letra más que las leyes formales que determinan su diseño. Quizá por eso, compartió sus reflexiones en el ensayo La tipografÃa, un ikebana occidental (1966). En él realiza un breve pero magistral recorrido por su historia y declara su manera de entenderla: el tipógrafo debe actuar con la misma delicadeza con que los japoneses realizan sus ikebanas.
Ricard Giralt Miracle, alfabeto Gaudà (Bauer Types). |
Pero, además de este escrito, entre los documentos de su archivo, se encuentran notas en las que se demuestra un talante abierto y nada dogmático. Asà escribió: «Por suerte no existe, no puede existir una fórmula definitiva, ya que conducirÃa a unos tipos standard» y «en la tipografÃa no siempre lo mejor es la “divina proporción†ni la mejor lectura».
Admirador de las aportaciones de la Bauhaus pero crÃtico con algunos de sus aspectos -«Tengo contra el Bauhaus cierta frialdad»-, pensaba que la tipografÃa «ha recibido el don de la inmortalidad», que tiene fuerza y capacidad para seducir, avezar el ojo y predisponer la mente del público hacia la belleza. CreÃa también que responde al espÃritu de los tiempos y afirmaba: «De nada sirve pensar en la divina proporción, lo que importa es crear una composición original, a tono con el propósito del impreso. Ni frigidez ni brutalidad. Buen sentido, equilibrio, lógica, que naturalmente no son interpretados como en otra época, lo dictan.»
Ese «buen sentido, equilibrio y lógica» caracterizan a la perfección el trabajo de Ricard Giralt Miracle cuya obra fue un tributo «a la letra, una letra bien hecha y bien impresa», en palabras de Josep FaulÃ.
Para saber más:
Giralt Miracle, R.; Vélez, P.: Dià legs a Barcelona, Barcelona, Ajuntament de Barcelona, 1992.
FaulÃ, J.: «Giralt Miracle, Ricard», ABC Cataluña, 3 de agosto 1993.
MartÃn Montesinos, J.L.: Ricard Giralt Miracle. El diálogo entre la tipografÃa y el diseño gráfico, Valencia, Campgrà fic, 2008.Â
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