Teresa Sdralevich: el cartel como cortocircuito visual
En manos de la diseñadora gráfica e ilustradora italiana, el cartel es una herramienta para transformar la manera de pensar de las personas.
Raquel Pelta | Enero de 2012 |
No hay exposición sobre gráfica activista en la que no esté presente Teresa Sdralevich, una diseñadora comprometida desde hace muchos años en todo tipo de causas sociales, polÃticas y culturales.
Diseñadora e ilustradora freelance, nacida en Milán, Sdralevich se graduó en Ciencias PolÃticas en la Universidad de Bolonia y, más tarde, estudió diseño e ilustración en la École Nationale Supérieure des Arts Visuels de La Cambre y en la École de Recherche Graphique, ambas en Bruselas, ciudad en la que vive actualmente.
En 1996, da sus primeros pasos en el campo del diseño gráfico haciendo prácticas en el estudio de Jean-Christophe Geluck donde toma contacto con el diseño de cubiertas de libros, carteles e ilustración, áreas en las que, desde entonces, ha desarrollado principalmente su trabajo, en gran medida a causa de sus intereses personales pero, también, debido al rechazo que siente hacia la publicidad, como ella ha comentado en alguna ocasión.
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Cartel contra la desigualdad salarial por razón de sexo, ca. 2010. |  | «Nadie es ilegal», una reflexión sobre los problemas de la inmigración, 2010. |
Pero si la ilustración y el diseño editorial ocupan buena parte de su tiempo, Teresa Sdralevich es especialmente reconocida por su trayectoria como cartelista. En palabras del artista y diseñador Giovanni Anceschi, en el libro Out of Paper. Posters: «es una representante del cartelismo que, como un rÃo subterráneo, desaparece y reaparece en la cultura de los medios».Â
Respuesta gráfica a la nueva estrategia de los Estados Unidos, 2003. |
Según Anceschi, los carteles de esta diseñadora significan acción pues con ellos quiere actuar para cambiar el mundo. Efectivamente, para ella son un medio válido para persuadir, provocar, invitar a la reflexión, protestar o cuestionar porque el diseño es un arma: «aunque estoy muy desilusionada con su efectividad real, sigo trabajando como si éste fuera el máximo invento para cambiar la forma de pensar de las personas», ha señalado en una entrevista concedida a Iván W. Jiménez de la revista digital Ene o.
Y es que Teresa considera que todos los diseñadores tienen una responsabilidad social y deben seguir un código ético básico, ya que: «Al igual que como ocurre con el lenguaje, el diseño da forma al pensamiento; por lo tanto, una mala forma es una mala idea. Y esto podrá sonar moralista, pero yo casi podrÃa decir “poco honesta†en vez de “malaâ€Â», como continúa diciendo en la entrevista mencionada. A lo que añade: «Estoy de acuerdo que [sic] el diseño está relacionado muy de cerca con la cultura, la democracia y la comunicación y que la unión de estos es la responsabilidad y la autoconciencia por parte del diseñador.»
Cartel creado inicialmente en la ENSAV la Cambre como reflexión sobre el fascismo, 1996-2000. |
Sus carteles se han descrito como flechas que guÃan hacia el objetivo incluso cuando ya se ha alcanzado. De ellos se ha dicho, también, que son limpios, de ideas claras, implacables, directos e incisivos, algo debido, probablemente, a que, como ha indicado Sdralevich, tras cada uno de ellos hay todo un proceso de investigación no sólo visual sino, también, lingüÃstico pues, para ella, el componente verbal es esencial ya que suele partir de las palabras para evocar las imágenes que quiere construir. En ese sentido, y refiriéndose a su trabajo, Anceschi afirma: «Me hace ver la importancia crucial del componente verbal: no hay separación esquizofrénica entre texto e ilustración. El texto, cuando no se convierte en imagen, se integra con la imagen. Además el texto (arraigado en la circunstancia del bilingüismo belga), atraviesa los lÃmites del lenguaje. Sonido y significado pueden ir juntos o discurrir a través de un fructÃfero divorcio que proviene de la lengua del lector.»
Cartel contra los diamantes de sangre, 2002. |
La gráfica aparentemente sencilla de esos carteles –un cortocircuito visual, como comenta la propia diseñadora- oscila entre dos polos, entre sus dos «almas», según dice Sdralevich. Una primera que se inclina por el dibujo y tiene como referentes la cartelÃstica polaca con Tomaszewski, Mlodozeniec y Cieslewicz como buenos representantes, el colectivo francés Grapus, la americana Sister Corita y la ilustración de Tomi Ungerer, Leo Lionni, Edward Gorey, Maurice Sendak y Toti Scialoja. Y una segunda que tiende a la sÃntesis extrema y a las formas geométricas, bien representada por la Escuela Suiza, Albe Steiner, W.J.H.B. Sandberg, AG Fronzoni y también Bruno Munari.
Los temas elegidos por esta activista son muchos: la precariedad laboral, el sexismo, los estereotipos, la violencia de género, el resurgimiento de la ultraderecha, los diamantes de sangre, los derechos económicos y sociales, la Guerra del Golfo, etc… y se diversifican en la medida en que le interesa todo lo que tiene que ver con lo humano. Sea cual sea la cuestión tratada, lo cierto, es que los carteles de Teresa Sdralevich siempre nos hacen pensar.
Para saber más:
Sdralevich, T.: Out of Paper. Posters, Bruselas (Bélgica), La Cinquième Couche, 2006.Â
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