Imprenta y diseño gráfico: algunos tópicos sobre sostenibilidad
En las últimas décadas, las industrias papelera y gráfica están realizando notables esfuerzos para ser más sostenibles pero quedan cuestiones por resolver.
Rafael Pozo |
 Octubre de 2011 |
La palabra tópico procede de un vocablo griego y hace referencia a una expresión o idea muy empleada, trivial o vulgar. Se trata de una noción estereotipada o de un lugar común que, de tan utilizado, pierde su valor. Esta fórmula pueden considerarse como una distorsión del lenguaje ante su uso gastado. Quienes  utilizan los tópicos demuestran pocos recursos expresivos o su preferencia por la copia de expresiones ya conocidas. Los tópicos también se usan para disimular una verdad o para simplificar una idea. Los estereotipos y los clichés son otros conceptos que se asemejan a la idea de tópico.
«Más allá de los tópicos, las industrias papeleras cumplen lo que publicitan.»
«¿Qué criterios deberÃan ser los prioritarios para prescribir una materia papelera?»
«Aunque las industrias de este sector tiene un gran camino que recorrer, van en una dirección correcta.»
Tópicos, imprenta y diseño gráfico
En el ámbito del diseño, a menudo observamos que los diseñadores gráficos y los clientes que encargan  productos gráficos impresos, cuando mencionan la palabra imprenta en relación con su actividad laboral, incurren en tópicos que no se acercan a la realidad actual. Entre ellos está el del «taller de imprenta» como una manera de describir el prototipo de taller artesano de impresión, cercano a un imaginario de Gutenberg que no ha evolucionado; otro es el de «mi imprenta o impresor de confianza», evocando a los profesionales que les aportan soluciones personalizadas y exclusivas. No falta tampoco aquel de «total, apretando un botón la máquina imprime sola» reduciendo a la mÃnima expresión un universo tecnológico lleno de soluciones complejas o el de «esto es problema de la imprenta», una justificación rápida a toda la técnica que se desconoce en el diseño. Nos encontramos, también, con el  de «es un error de imprenta» para eludir responsabilidades ante una equivocación e, incluso, cuando en temas de sostenibilidad la Administración Pública se refiere al epÃgrafe imprenta, la cataloga como sinónimo de una industria que genera residuos tóxicos (tintas, disolventes, trapos), precisa de recomendaciones de seguridad ante materiales inflamables, contaminación ambiental y ocasiona una larga lista de problemas de convivencia urbana y social.
Algo similar ocurre cuando nos referimos a la especialidad del diseño gráfico con algunas expresiones como «es de diseño» para referirse a algo nuevo o que no sabemos definir pero que tiene o no cierto encanto. Se da también el de «¿para qué saber dibujar si el ordenador y los programas lo realizan todo?» como manera de devaluar el trabajo del diseñador.
Cuando se habla de medio ambiente, tenemos también el de «mis diseños cumplen con los criterios de sostenibilidad ya que se imprimen con tintas ecologicas sobre papeles de pastas recicladas». En un principio si el trabajo del diseñador sólo se centrará en definir la parte estética y en elegir un tipo u otro de papel para su diseño, este razonamiento podrÃa tener cierta validez. Pero, si de una manera objetiva reflexionamos sobre la precisión que se requiere en la formalización técnica de los parámetros de producción de un producto gráfico impreso para que cumpla los criterios de sostenibilidad, es evidente que dicha formalización es incompleta y condiciona directamente los procesos de fabricación y sus resultados.
De una manera u otra, esto sólo pretende ser una muestra de algunos de los tópicos más utilizados, que manifiestan un desconocimiento de a qué o a quiénes nos estamos refiriendo. Pero, ¿qué se entiende por sostenibilidad, desde la perspectiva de la imprenta (incluyendo los proveedores vinculados) y de la especialidad del diseño gráfico?
Â
La sostenibilidad de la industria papelera
Centrando nuestra atención desde una perspectiva ecológica, la sostenibilidad o sustentabilidad describe cómo los sistemas biológicos se mantienen diversos y productivos con el transcurso del tiempo. Se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. Por extensión se aplica a la explotación de un recurso por debajo del lÃmite de renovación del mismo. Un ejemplo tÃpico es el uso de la madera para la fabricación del papel que proviene de un bosque. Si la tala es excesiva el bosque desaparece; si se usa la madera por debajo de un cierto lÃmite siempre hay madera disponible.
Una de las industrias proveedoras más importantes de la industria gráfica (imprenta) son las empresas papeleras o también denominadas industria papelera. Si formulamos la pregunta antes mencionada a cualquiera de las principales empresas de esta gran industria, sin olvidarnos de que estamos delante de multinacionales con un volumen de facturación de euros muy impresionante, observaremos que directamente después de realizar una exposición corporativa se centrarán en enumerar una gran lista de
normativas ISO internacionales y la relación de procesos medioambientales que se cumplen en la fabricación de cada especialidad de materias papeleras.
Esta baterÃa tan amplia de argumentos que nos ofrecen se dirigen hacia el diseñador o impresor para demostrarles una garantÃa de calidad, que la mayorÃa de sus productos son ecoeficientes y que son el resultado de la implantación de polÃticas empresariales en las que la sostenibilidad de las materias primas se gestiona en plantaciones controladas (la madera y otras especies vegetales). De esta manera, observaremos que alguna de las expresiones más utilizadas son «por cada árbol talado se plantan cuatro», «reutilizamos el 90% del agua utilizada en la fabricación del papel», «esta calidad esta certificada con el
sello FSC» y asà otras muchas.
Si analizamos el comportamiento de la industria papelera actual desde una perspectiva imparcial situada entre el diseño y la producción, podemos constatar que más allá de los tópicos preestablecidos, hace lo que dice y cumple lo que publicita en un porcentaje muy considerable. En los últimos veinte años esta industria ha llevado a cabo un cambio muy radical en la obtención de la materia prima para realizar las pastas, en los procesos fabricación de la hoja de papel e incluso en los procesos de distribución.  Ha de entenderse, por tanto, que la lÃnea actual es la adecuada aunque lógicamente todo se puede mejorar. Ahora bien, quizás alguna de las dudas que existen y que los fabricantes no resuelven o bien no acaban de aclarar, están en controlar qué ocurre cuando cada una de las materia papeleras se transforma en el proceso de impresión.
Podemos entender que la materia papelera no esta viva pero sà que reacciona considerablemente a su entorno y a los procesos de transformación. Por lo tanto nos podemos preguntar ¿una vez transformada mantiene sus caracterÃsticas iniciales o se modifican? y si se modifican, ¿cómo podemos evaluar o controlar el resultado de la transformación? Aquà se plantea una gran incógnita.
Â
Un ejemplo
Analicemos el siguiente ejemplo: un diseñador gráfico normalmente prescribe una materia papelera para un producto gráfico, a través de las indicaciones o muestras visuales que le ofrece el catálogo de un fabricante en concreto y de la experiencia personal que tiene del material seleccionado. PodrÃamos preguntarnos: ¿este proceso es suficiente para el diseñador? la respuesta posiblemente será «NO».
Por otra parte y consecuentemente ¿deberÃa evaluar la repercusión del diseño que se pretende sobre el material que se selecciona?, probablemente la respuesta deberÃa ser «SI», dado que diferentes diseños reaccionarán de distinta manera sobre el mismo material. ¿Pero como lo debe realizar? Si el fabricante sólo informa de las cualidades del producto actual después de fabricado, no detalla lo que ocurrirá después de su transformación y sólo aporta algunas recomendaciones de utilización ¿con qué parámetros puede controlar lo que ocurrirá después de transformado?
Si evaluamos e intentamos responder con cierta objetividad y rigor a estas preguntas, podemos llegar a una primera conclusión: el proceso que se requiere para la recomendación de una materia papelera es más complejo de lo que en un inicio se puede pensar y requiere de conocimientos técnicos especÃficos para una correcta prescripción y evaluación del resultado de la transformación.Â
Â
Criterios
En vista de estas cuestiones podemos seguir preguntándonos, ¿qué criterios deberÃan ser los prioritarios para prescribir una materia papelera? Podemos intuir las respuestas: para la industria papelera, los estéticos, aunque lo negarán en público. El marketing de sus catálogos asà  lo demuestra al estar dirigidos a los diseñadores con esta finalidad. Para la industria gráfica, la prioridad estarÃa en el factor de «maquinabilidad», que se refiere al comportamiento de esta materia papelera en el proceso de impresión y transformación. El impresor siempre elegirá una materia papelera estable que ofrezca un buen comportamiento en máquina de impresión. Para un diseñador, la estética. La mayorÃa dirigen la elección del material para reforzar el argumento conceptual del diseño. Para un cliente está claro, actualmente se rige con el tópico de  «que sea bonito y muy barato», «no entiendo de técnica ni procesos», «low cost».
Si ahora damos un giro de 180 grados y nos centramos desde la otra perspectiva, la de la industria gráfica, podemos observar que estamos refiriéndonos a un sector de más de quinientos años de historia industrial en constante evolución (tecnológica, estructural, empresarial, etc.). Constatamos en este sector que los procesos de trabajo en las últimas décadas han cambiado considerablemente. Cada vez más los diferentes mercados globales les exigen la obligatoriedad de cumplir las normas o estándares internacionales (productivos, medioambientales, empresariales…), en definitiva un cúmulo de objetivos, lenguajes y métodos que deben organizarse, planificarse y gestionarse adecuadamente.
Actualmente la legislación es muy rigurosa en el propósito de que las empresas entiendan que deben acondicionar y controlar sus instalaciones de manera ecoeficiente. Inclusive, como un apunte, se puede mencionar que a nivel internacional los comités técnicos están trabajando en protocolos de cálculo para evaluar y controlar la huella de carbono que la propia actividad de la industria emite a la atmósfera. En definitiva aunque las industrias de este sector tiene un gran camino que recorrer para ser más sostenibles y ecoeficientes, la actualidad nos demuestra que los objetivos van en una dirección correcta.
La sostenibilidad de un producto gráfico impreso se inicia en la fase de ideación, se materializa en la formalización técnica en el proceso de diseño y culmina en una materia papelera a través de los procesos de la producción industrial; por lo tanto, el diseñador, la industria gráfica y los proveedores vinculados son directamente responsables del producto creado.
La sostenibilidad no debe ser una moda o utilizarse como un eslogan publicitario, es una filosofÃa de trabajo empresarial con el objetivo de obtener productos gráficos ecoeficientes.
Rafael Pozo es titulado en Diseño Gráfico y máster en Gestión y Dirección de la Empresa Gráfica. Es editor de Ediciones CPG y director de la empresa Consulting Producció Grà fica, S.L, con sede en Barcelona. Es profesor de la Escuela Elisava, director académico del Máster en Diseño, TecnologÃa Gráfica y Producción (ELISAVA/ IDEC, Universitat Pompeu Fabra). Vocal y asesor del comité AEN/CTN 54 Industria Gráfica AENOR en Madrid.
Tags:
Sostenibilidad, Opinión, Industria Papelera, Industria Gráfica, Diseño Gráfico