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Rediseñar la forma en que hacemos las cosas

El concepto «de la cuna a la cuna» significa diseñar pensando en el uso presente y futuro de los materiales.

 

Raquel Pelta Noviembre de 2011

 
Banco «Come Back» de VelopA, realizado con materiales duraderos tiene el certificado C2C Oro.

 

En los últimos diez años, un número creciente de profesionales se ha interesado por el  enfoque «de la cuna a la cuna» y algunas empresas han empezado a adoptarlo. Podría decirse que se ha convertido en una tendencia, como apuntaba Merel Kokhuis en la revista Frame, para quien ese interés es el resultado de una reacción ante el calentamiento global y un paso natural para aquellos diseñadores que están buscando nuevas ideas.

 

«Los productos deben concebirse de manera que su final sea como el de un elemento natural que, cuando muere, inicia un nuevo ciclo de vida.»
«Los diseñadores son clave para la innovación y el ‘de la cuna a la cuna’ es el camino».
Pero, ¿qué es «de la cuna a la cuna»? La denominación procede de los años 1970, concretamente de 1976, cuando el arquitecto Walter R. Stahel y Genévieve Reday, en el informe The Potential for Substituting Manpower for Energy, hablaron de la necesidad de una economía circular y de cuál podría ser su impacto en la creación de empleo, la competitividad económica, el ahorro de recursos y la prevención de residuos.

 

En 1987, Stahel realizó otro informe: Economic Strategies of Durability – longer product-life of goods as waste prevention strategy y demostró que los actores económicos en una economía de ciclo pueden lograr una mayor rentabilidad que sus competidores en una economía lineal (recurso, producción y desecho). A partir del estudio de treinta casos, puso de relieve que para que una economía de ciclo alcance el éxito hay que reestructurar la economía industrial y sus condiciones.
  
Como reacción a esta propuesta, algunos expertos propusieron que las empresas ejercieran una responsabilidad sobre el producto «de la cuna a la tumba», perfectamente compatible con el modelo económico lineal predominante.
 
Frente a ello, Stahel replicó que el «de la cuna a la tumba» (ciclo de vida del producto desde su nacimiento hasta su desecho) era simplemente una renovación del marketing tradicional y que la solución realmente sostenible pasaba por crear productos duraderos que se encontraran dentro del bucle de «la cuna a la cuna».
 
En 1989, en otro informe dirigido al Ministerio de Medio Ambiente de Baden-Württemberg, el autor demostró las ventajas competitivas de los productos de larga duración en una economía cíclica y el impacto que, en comparación con el reciclaje,  podría tener un diseño industrial más conforme con la idea de ciclo.
Silla «Think» de Steelcase, reciclable en un 99% y fácil de desensamblar. Certificado C2C Plata. 

 
Tiempo después, el químico alemán Michael Braungart y el arquitecto estadounidense William McDonough refinaron el concepto y lo redefinieron como una nueva manera de pensar a la hora de hacer las cosas. En 1992, vio la luz su opúsculo titulado The Hannover Principles. Design for Sustainability. Con la EXPO 2000 como telón de fondo, en él se establecían un conjunto de máximas cuyo objetivo era animar a los profesionales del diseño a tener en cuenta la sostenibilidad en sus proyectos.

 
Dos años más tarde, publicaron el libro Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things (traducido al español con el título de Cradle to Cradle (De la cuna a la cuna): Rediseñando la forma en que hacemos las cosas), que se ha convertido en una referencia en materia de diseño sostenible y ha contribuido a consolidar esta línea de pensamiento y actuación.
 
De acuerdo a estos autores, los productos deben concebirse de manera inteligente y con la intención de que su final sea como el de un elemento natural que, cuando muere, inicia un nuevo ciclo de vida, pues en la naturaleza no se pierde nada sino que todo se transforma y reutiliza. En palabras de McDonough: «Hay que rediseñar las cosas pensando en el uso presente y futuro de los materiales. Una parte de ellos retornará a la biosfera, otra parte se quedará necesariamente en la tecnosfera. Los nutrientes tecnológicos, como el plástico, el cristal o lo metales se tienen que reutilizar. Los nutrientes biológicos, como la madera, el algodón o el corcho son compostables y pueden volver a la tierra.»
 
Este nuevo paradigma, según Braungart y McDonough, propone que los seres humanos pueden aprender de la naturaleza de manera efectiva, sana, enriquecedora y agradable. Respecto a los diseñadores, consideran que son clave para la innovación y el «de la cuna a la cuna» es el camino. Por lo que se refiere al Diseño en general, aseguran que no necesitamos lujo sino calidad y que el buen diseño puede ser «menos caro pero mantener buenas cualidades».
 
Diseñar según los principios «de la cuna a la cuna» supone, como ha indicado McDonough, empezar separando los materiales por su metabolismo, seguir con un plan de «gestión de nutrientes», o lo que es lo mismo, determinar qué se hará con dichos materiales después de su uso, asegurarse de que estén fabricados con energías renovables, minimizar el empleo del agua y que ésta pueda reutilizarse y, finalmente, asegurarse de que los productos se fabriquen con criterios de responsabilidad social.
Botella de agua de Nestlé Waters North America, diseñada para concienciar a los consumidores de la importancia de reciclar. C2C Plata.

Un proceso de diseño «de la cuna a la cuna», por tanto, se asegura de que todos los materiales que se utilicen podrán reutilizarse, retornar al ciclo industrial o volver a la tierra sin contaminar.

 
Para ayudar a las empresas a ser más sostenibles, McDonough y Braungart han creado la Certificación C2C, que evalúa y garantiza que los productos cumplen los parámetros «de la cuna a la cuna». Entre las empresas que han conseguido esta certificación están Herman Miller, Nike, Philips, Kodak, Aveda y, en España, Santa & Cole. Entre los diseñadores, que ya han adoptado este enfoque, están Tom Dixon, Gwenael Nicholas e Yves Béhar.

Para saber más:

Braungart, M.; McDonough, W.: Cradle to cradle. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas, Madrid, McGraw-Hill, 2005.

McDonough, W.: «Buildings like trees, Cities like Forests», 2002.



Tags: Sostenibilidad, Cradle to Cradle, De la cuna a la cuna, Michael Braungart, William McDonough
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